Resumen:
El desarrollo de las sociedades modernas exige de las administraciones públicas mejor atención para la población civil y los grupos ciudadanos. El arte de gobernar tiene como una premisa básica cuidar la relación entre las instituciones administrativas y los gobernados, ya que la calidad en el desempeño institucional no consiste únicamente en producir los bienes y servicios que se necesitan de manera colectiva, sino procurar que junto con la satisfacción de los mismos, exista un consenso significativo sobre la forma en que se atienden los requerimientos de la vida civil, económica y política. La administración pública es el brazo principal para llevar a cabo _la gobernación de la sociedad con base en los valores y principios del Estado social y democrático de derecho en el cual tiene responsabilidades que la convierten en la institución que es común a todas las personas y grupos sociales. De sus capacidades depende que el gobierno sea entendido como una institución de servicio que se encarga de proporcionar satisfactores en términos de la igualdad, considerando la pluralidad ideológica y política de la sociedad. Le
corresponde también cumplir con las responsabilidades públicas y sociales que la convierten en una institución que tiene a su cargo la organización de la vida
productiva y el cumplimiento de las políticas públicas. Por tanto, las acciones de la administración pública tienen un lugar fundamental en los procesos de la vida
asociada, lo cual obliga a que su capacidad de respuesta sea oportuna y eficaz ante la naturaleza rebelde de los problemas públicos. Desterrar la improvisación, la negligencia, el formalismo y las dilaciones, es condición
ineludible para formar y desarrollar la administración pública moderna. Ésta es propia del desarrollo maduro y consistente que alcanzan las instituciones públicas, el cual tiene como uno de sus atributos la existencia formal y real del personal de carrera. En efecto, desde el momento en que hay continuidad
en los programas y políticas, es factible identificar que más allá de la contienda política, hay un cuerpo de funcionarios que no detienen el funcionamiento de la
administración pública y están comprometidos con su estabilidad y eficacia. En este caso, el personal de carrera es una válvula de seguridad que evita la interrupción operativa del gobierno, y se encarga de que su acción diferenciada y compleja, sea permanente.