Resumen:
En Ecuador, la buena Administración pública constituye un derecho fundamental, cuyos titulares son las personas usuarias de los servicios públicos. Desde una perspectiva normativa, esta se hace efectiva mediante el cumplimiento de los mandatos constitucionales, legales y de los tratados internacionales. En este orden de consideraciones, es claro que, al constituir un servicio para la colectividad, la Administración pública —como determina el texto constitucional— debe regirse, entre otros, por los principios de eficacia, calidad, descentralización, coordinación, participación, planificación y transparencia, para procurar que los servicios públicos sean un medio para promover los derechos; fortalecer las instituciones; y consolidar el sistema democrático en su conjunto. No se debe perder de vista que el desempeño de las Administraciones públicas depende de varios factores, entre ellos, el elemento humano, tanto del funcionariado de carrera como de quienes ocupan los puestos directivos. Estos últimos deben ser profesionales con habilidades sólidas de liderazgo, con capacidad para resolver
problemas y orientar a sus entidades conforme al interés público. Por otra parte, quienes ejercen funciones directivas deben gestionar la siempre compleja dinámica entre la política y las acciones
del servicio público, encaminadas a efectivizar las políticas públicas que garanticen los derechos del buen vivir y fortalezcan el Estado constitucional. En estas coordenadas se inscribe el presente trabajo de las profesoras Irma Jara Iñiguez y Jenny Cedeño Alcívar, el cual aborda con solvencia la relevancia de la gestión directiva pública desde un enfoque teórico que combina los postulados de la nueva gerencia
pública, la buena gobernanza y la Administración pública orientada al futuro. El análisis integra elementos cualitativos, descriptivos y explicativos que permiten comprender la relación entre tomadores de decisiones, servicios públicos, participación ciudadana, transparencia y derechos. A lo largo de cinco capítulos, las autoras nos invitan a reflexionar sobre el porvenir de la gestión de quienes ejercen la dirección pública en Ecuador y sobre las acciones que emprenden sus directivos para responder a las demandas ciudadanas, con miras a alcanzar la gobernabilidad, entendida como la capacidad de los
gobernantes de dar respuesta efectiva a las exigencias colectivas mediante servicios públicos de calidad.
En definitiva, el resultado de este bien logrado trabajo es el que los lectores tienen entre sus manos, y será a partir de su lectura que podrán construir su propio criterio sobre la materia.