Resumen:
En el Sector Público ecuatoriano el régimen salarial ha sido siempre manejado políticamente y no en forma técnica, lo que ha originado un grave inconveniente no sólo para el Estado, sino que incluso para el propio servidor público, ya que tiene que sujetarse a diferentes regímenes de personal para acceder a una remuneración, dónde se valora más al puesto de trabajo y en una mínima proporción a la persona que ocupa ese puesto.
Además el incremento de los salarios no se efectúan en consideración de la inflación o de la canasta básica, sino que en la mayoría de ocasiones se la realiza en base a las posibilidades fiscales del Estado, lo que ha ocasionado que los servidores públicos especialmente del Gobierno Central, estén en continuas paralizaciones y medidas de hecho para conseguir mejoras salariales, en contra posición con otras instituciones del Sector Público, que al disponer de cierta autonomía o ingresos propios, les ha permitido en forma permanente incrementar sus salarios, lo que ha originado una gran brecha entre las propias instituciones del Sector Público.
A través del tiempo, han existido ciertos organismos que han sido los encargados de la administración de los recursos humanos del Estado, y por tanto han administrado la cuestión salarial, sin embargo no han podido cumplir con su objetivo y cada determinado tiempo han sido remplazados unos por otros, pero en definitiva, lo único que se a logrado es un cambio de nombre de esas instituciones pero no ha existido un verdadero ordenamiento en materia salarial, lo que ha originado que este problema se vuelva crónico y aparentemente inmanejable, ya que las organizaciones de servidores y de trabajadores, han tomado una gran fuerza capaz de enfrentar cualquier iniciativa para arreglar este problema, a si sea presidencial.
Esta investigación estará enfocada básicamente en las entidades del Gobierno Central, no obstante se tomaran ciertas referencias de otras instituciones del Sector Público.
Es realmente preocupante que en el siglo XXI, nuestro país se presenta como una nación ingobernable, donde estemos agobiados por una gran cantidad de problemas, que debieron ser solucionados hace 50 y 60 años, donde incluso el régimen salarial público, sea tan complejo que se requiera de varios años de especialización en este tema para poder administrarlo o tratar de manejarlo.