Resumen:
El Congreso Nacional del Ecuador es por en esencia la función principal de representación del Estado porque está conformada por dignatarios electos mediante sufragio universal, libre y secreto; quienes han recibido de sus electores el mandato para ejercer en su nombre su representación.
En así que al Congreso Nacional le son propias las funciones de la más alta representación popular; la de legislación como función primigenia en cuanto a aprobar, reformar o derogar leyes; y, reformas a la Constitución; la financiera en cuanto a aprobación del Presupuesto General del Estado, la administrativa, constituyente de expresión política y sobre todo le corresponde el ejercicio pleno de sus funciones de fiscalización y control, como punto equidistante del control de pesos y contrapesos en el ejercicio pleno de la Democracia.
Pero la viabilidad y sustento de la democracia dependen en gran medida del grado de arraigo, solidez y alcance que tenga esa cultura política en una sociedad, y para ello se requiere, constante y deliberadamente, apoyar y fortalecer el aprendizaje; la apropiación, el conocimiento y la práctica de esos valores y hábitos democráticos, tanto en los individuos como en las instituciones.
El diagnóstico ha hecho evidente que se trata, fundamentalmente, de una crisis de poder más que de una crisis de eficiencia y, en consecuencia, de un problema que no se circunscribe a los procedimientos y a los métodos legislativos; sin embargo, sin no nos preocupamos de los problemas funcionales, organizativos, operativos y administrativos, estas deficiencias sin lugar a dudas repercuten a corto, mediano y largo plazo a una mayor pérdida de credibilidad y en el desencadenamiento de una progresiva desnaturalización de su esencia, como lo muestran el sin número de manifestaciones en contra del Congreso Nacional.
Y es ahí donde nace la importancia de mi investigación en tanto a que el Congreso Nacional como institución y los procesos democráticos que dentro de éste se realizan; sólo se fortalecerán con un talento humano altamente profesionalizado y capacitado con ética y con habilidades y competencias apropiadas del quehacer político parlamentario.
Si bien es cierto el Congreso Nacional necesita emprender una reforma integral, mi propuesta busca en primer término arraigar la parte institucional, con carácter de gestión es decir estructural y de funcionamiento; dotándola de un marco estructural que permita buscar la excelencia en el trabajo parlamentario, razón de ser del Congreso Nacional, para luego enfocar una reforma constitucional y orgánica profunda.
