Resumen:
La imposibilidad de las economías del tercer mundo y Latinoamérica de generar empleo en proporción al crecimiento de la oferta de fuerza de trabajo, así como el creciente impacto tecnológico y diversidad de las exigencias de los consumidores que induce a una descentralización de la producción y a la subcontratación de servicios ha incidido en la gran significación económica, social y política que hoy posee el sector de la Micro y Pequeña empresa (MYPE). Es así que la oferta de mercado de trabajo de los años 90, puede calificarse como una situación de creciente deterioro, pese a que en relación con la décadas anteriores se generaron nuevos empleos; pero a costa de uno de los requisitos básicos de la competitividad: la productividad. Esto, repercutió en una reducción del poder adquisitivo de los trabajadores y en un aumento del subempleo y del desempleo.