Resumen:
Para reducir la degradación medioambiental y salvar el hábitat de la humanidad, las sociedades deben reconocer que el medio ambiente es finito. Los especialistas creen que, al ir creciendo las poblaciones y sus demandas, la idea del crecimiento continuado debe abrir paso a un uso más racional del Medio Ambiente, pero que esto sólo puede lograrse con un espectacular cambio de actitud por parte de la especie humana. El impacto de la especie humana sobre el medio ambiente ha sido comparado con las grandes catástrofes del pasado geológico de la tierra, la humanidad tiene que reconocer que al atacar el Medio Ambiente pone en peligro la supervivencia de su propia especie. En nuestro país con la creación del Ministerio del Ambiente, el 30 de julio de 1999 se expide la Ley de Gestión Ambiental en la cual se establece los principios y directrices de política ambiental, determina las obligaciones, responsabilidades, niveles de participación de los sectores público y privado en la gestión ambiental y señala los límites permisibles, controles y sanciones en esta material. En la zona norte de la Provincia de Pichincha especialmente en los cantones Pedro Moncayo y Cayambe a finales de los años ochenta empezaron a instalarse las primeras fincas florícolas, aprovechando entre otros factores: las bondades de la tierra, luminosidad natural, agua de riego, cercanía a Quito, etc.