Resumen:
El Ecuador tiene un gran potencial agropecuario, al menos para abastecer al mercado interno. Lastimosamente desde el “boom” petrolero en la década de los años 70 del siglo pasado, se descuidó por completo al campo, destinándose los ingresos del petróleo para gastos del Estado y se creó una dependencia hacia el Estado que hizo que los productores no sean competitivos, gracias a los ingentes subsidios que se tenía. La falta de políticas y la migración de los campesinos a la ciudad en busca de mejores días, propiciaron un abandono de las zonas con vocación agropecuaria. Las deficientes administraciones públicas también propiciaron un ambiente adecuado para el crecimiento de la pobreza y la desatención a los sectores más desposeídos, entre ellos el agropecuario.