Resumen:
El tema de la vivienda es eterno por tratarse de la morada humana, inventada y recreada en un sinnúmero de veces, presenta múltiples facetas de acuerdo a las condiciones ambientales, costumbres, condición económica, etc, pero siempre su esencia principal no ha sido ni será alterada, ya que siempre su función será la misma: satisfacer una necesidad primaria presente en todos los tiempos como es el dar cobijo al ser humano.
La vivienda a lo largo de la historia ha ido evolucionando para adaptarse a las costumbres de sus habitantes: el clima imperante en el sitio que se las construye, los materiales disponibles en la zona y cuánto esta dispuesto a gastar su propietario.
Actualmente podemos decir que la vivienda no es un problema exclusivo de la arquitectura, de hecho, está condicionada a una serie de factores que dependen de intereses, principalmente de orden político, social y económico, en los que se discute todo menos la incidencia que esta tendrá en las características y apariencia de la ciudad que la acoge.
En muchas ocasiones la explosión demográfica ha sido causa del crecimiento acelerado y desordenado de las ciudades y ha llevado a la necesidad de resolver el problema de dotar de techo a la población, lo que ha dado lugar a una serie de propuestas tipificadas que han reducido el espacio habitable y su forma y características se han distanciado de su contexto. No debemos olvidar que la vivienda conforma la ciudad: lo mismo puede enriquecerla que dañarla; el recordar esta característica debe ser la norma que dirija su planeación para evitar el deterioro del entorno.