Resumen:
Habitar un territorio de extraordinaria vulnerabilidad originada por sus características geológicas, climáticas o hidrológicas; pero también causada por instalaciones industriales, fomenta cierta credulidad hacia lo inexorable de la tragedia, se vuelve pretexto de inacción comunitaria resumida en la frase fatalista: “de algo se ha de morir”. El resultado de esta desesperanza es la negligencia solidaria y renunciar colectivamente a prepararse para disminuir los efectos de los impactos adversos o superar con éxito el difícil tránsito por la devastación. Este estudio aproxima una explicación que sí es posible superar la pasividad mediante algunas estrategias filosóficas basadas en el Ubuntu. Es decir, que junto a la muy necesaria obra civil de mitigación de impactos, hay que dedicarle tiempo útil a la mente y al corazón de los integrantes de una comunidad en su fortalecimiento social. Esa firmeza colectiva se sostiene en la solidaridad, dentro y fuera de los grupos familiares. O sea inter familiares. La solidaridad siendo un bien intuitivo, deberá prevalecer en condiciones trágicas, para ello habrá que entrenar a las personas (sobre todo al liderazgo) en Ubuntu. El Ubuntu, al no tratarse de un corpus teórico específicamente religioso o político, aunque no contradice lo esencial de aquellas, facilita el entrenamiento, involucra la diversidad de la comunidad y no tiene caducidad de aplicación, porque siempre va y está en y con la gente. Es preparación permanente para desafiar adversidades de cualquier tamaño antes, durante o después de que ocurran.