Resumen:
Los múltiples eventos adversos que asolan a nuestro país, contribuyen a la aplicación e
implantación de la gestión de riesgo como Política de Estado, incluyendo la variable
riesgo en todo proyecto de desarrollo.
Las transformaciones demográficas impulsadas por el desarrollo industrial han generado
los procesos de concentración de población y éxodo del campo hacia las principales
ciudades, ubicándose en sitios no urbanizables, formando asentamientos precarios que
coinciden con las zonas de mayor riesgo de desastres , debido a la falta de control en el
cumplimiento de las ordenanzas municipales, normas y código de la construcción que
conllevan a largo plazo a mayores costos de mantenimiento y reparación. La ausencia o
falta de disponibilidad de recursos económicos (holgura económica) genera incapacidad
de las instituciones públicas y privadas para destinar fondos a la prevención, mitigación
y atención de desastres.
La inequidad social hace de las emergencias un problema muy complejo pues las
personas no cuentan con recursos adecuados para minimizar o reducir los efectos de los
desastres naturales.