Resumen:
El ingenio y el espíritu de progreso de los seres humanos han conducido a encontrar respuestas y soluciones a muchos de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar la sociedad. La inteligencia artificial es un potencial agente catalizador de la investigación y la innovación en un nuevo escenario digital y de avance tecnológico. Los gobiernos son los llamados a liderar el desarrollo e integración de la inteligencia artificial en el tejido social en la medida que contribuya a mejorar los servicios brindados a la ciudadanía, salvaguardando valores, derechos y el estado de bienestar social. El desarrollo de tecnologías basadas en inteligencia artificial en medicina avanza rápidamente, brindando oportunidades sin precedentes como la detección temprana de enfermedades, la ayuda en el diseño de tratamientos, la mejora en la toma de decisiones, la ampliación del acceso a los servicios de salud, la mejora de la experiencia y la satisfacción del paciente, entre otros. Pero la implementación clínica en el mundo real aún no se ha convertido en una realidad. Varios son los problemas prácticos clave que rodean la implementación de la IA en los flujos de trabajo clínicos existentes, incluido el intercambio de datos y la privacidad, la transparencia de los algoritmos, la estandarización de los datos, la interoperabilidad en múltiples plataformas y la preocupación por la seguridad del paciente.
El paradigma de transformación de la salud y la medicina basada en el valor, conduce a un momento de dedicación, no solo en aspectos tecnológicos y técnicos, sino en los aspectos filosóficos, legales, de normas y éticas para que las soluciones que se piensen hoy no solo sean beneficiosas para mañana, sino para el futuro.