Resumen:
El incremento del hambre en el mundo afecta especialmente a los pueblos indígenas que son parte de las 800 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria crónica. Este asunto motivó a la generación de mecanismos que permitan extender la producción para alimentar a una población que crece cada día. Las diferentes concepciones sobre la situación alimentaria han llevado a desarrollar componentes afines a ciertos enfoques y muchas veces en detrimento de otros, llámese modernización agrícola y/o límites biofísicos del planeta. Estos mecanismos que construyen una agricultura próspera apuestan por la seguridad alimentaria, sin embargo hasta hoy en día persiste el problema del hambre; en este sentido, es clave el aporte que los pueblos indígenas pueden realizar para alimentar el mundo. El análisis desarrollado en este trabajo da cuenta de la relación existente entre la seguridad alimentaria con los pueblos indígenas en la agenda de la FAO y lleva a concluir en la importancia de converger las agendas en puntos de interés tomando en cuenta que tanto la FAO como los pueblos indígenas tienen los mismos objetivos, disponer de alimentos conservando la naturaleza, y por lo tanto, son conscientes de que urge un cambio en los sistemas alimentarios.