Resumen:
Constituye un compromiso no sólo de carácter profesional sino moral para quienes hemos tenido la oportunidad de laborar y habernos preparado dentro del vasto campo aduanero tan 'antiguo como la misma civilización y sumamente vinculado con la actividad económica a través del comercio internacional, en donde las instituciones aduaneras han constituido entes catalizadores de la economía, pues sus instituciones regulan y controlan el intercambio de bienes y servicios entre los países. Esta difícil y delicada función, en muchas ocasiones le han colocado en contraposición con los grupos económicos de poder a quien no les ha convenido su perfeccionamiento y tecnificación, procurando más bien, convertirlo en un botín político desvirtuando su carácter técnico. Ventajosamente, la presencia de la O.E.A., a través de funcionarios especializados en el área, han inyectado un nuevo dinamismo a la actividad aduanera, poniendo en conocimiento de funcionarios del sector público, principalmente, las técnicas y regímenes aduaneros, para cambiar la imagen y función de la Aduana y convertirla de un ente eminentemente fiscalizador y recaudador de tributos en un instrumento de apoyo y de facilitación de la actividad productiva sin descuidar su acción de control.