Resumen:
Cuando la revolución industrial insurgio en Europa en el Siglo XIX, la humanidad inició un proceso de desarrollo que le ha llevado en poco más de una centuria a niveles insospechados de progreso, aun cuando subsisten profundas diferencias que mantienen dividido al mundo en ricos y pobres. La industrialización ha sido factor decisivo pura extender las posibilidades de superación de grandes sectores sociales que ill1tes vivían sujetos a un relegamiento permanente. Así ser país industrial se ha convertido en sinónimo de país rico y poderoso. América latina no fue ajena al fenómeno industrial. La circunstancia de coincidir en proceso de independencia de las nuevas Naciones Americanas con el surgimiento de las primeras manifestaciones industriales, posterg6 por varias décadas la incorporación de éstas al movimiento económico que promovía la vieja transformación del continente. Con mayor o menor prontitud, a medida que alcanzaban la pacificación y consolidaci6n política, los pueblos americanos dedicaron su atención al maquinismo, pues, en el veían una luz de esperanza económica y redención social.