Resumen:
Si se analizan las políticas económicas aplicadas para estimular la industrialización del país, abran quienes cuestionen la actividad asumida por diferentes gobiernos, basándose en los objetivos alcanzados. El presente es de grandes complejidades económicas, y en tales situaciones se suele buscar causas aparentes, dejando de lado las reales. Se atribuye a la sustitución de importaciones un efecto más dañino que beneficiosos mientras que no se admite que, la situación económica mundial en general, y el desigual intercambio comercial, en particular, son causantes de la situación económica caracterizada por la inquietud e inestabilidad. No se puede afirmar que las sustituciones de importaciones es mala perse. Ni tampoco que la producción de materias primas o productos básicos es inconveniente. Lo importante es racionalizar lo uno y lo otro para corregir errores y exageraciones. Afortunadamente, el Ecuador, ha acumulado experiencia y puede avizorar el futuro con mayor solvencia y eficacia. Entonces la política industrial debe tener en cuenta no solo las condiciones objetivas actuales, sino las motivaciones y aspiraciones del futuro. Para definir tal política se requiere una visión clara de la sociedad futura que se quiere establecer. No se trata de definir dos extremos: o somos agricultores o mineros, o incursionamos en la producción moderna. El Ecuador tiene las condiciones para ser o lograr ser uno y lo otro, pues, sus recursos naturales y humanos así lo definen.