Revista IAPEM - Análisis Transdisciplinario de los Asuntos Públicos - Número 69, Enero-Abril, 2008

Abstract

Una tendencia de los tiempos actuales es la intensidad de los movimientos ciudadanos como medio que permite asumir posiciones en el espacio público para influir de manera directa en la construcción e implementación de las políticas a cargo de los gobiernos por discusión. La acción organizada de los movimientos ciudadanos presiona sobre el espacio institucional de los procesos administrativos y gubernamentales para obtener atención, recursos y apoyos encaminados a solucionar demandas específicas. En este caso, las administraciones públicas han ingresado al tiempo de las presiones simultáneas que se gestan y desenvuelven por la senda de las relaciones transversales, las cuales son el enfoque más pragmático para el abordaje de las redes de problemas públicos. Esto significa que las demandas sociales y políticas aunque tienen ámbito de ubicación, no se agota su atención con la intervención de un espacio único de las instituciones administrativas, sino que es importante la concurrencia de otras para articular la información, los recursos, las estrategias y las acciones. El modo de abordar los problemas no se efectúa en razón de criterios unidimensionales, sino cooperativos. Los problemas públicos no se ciñen a determinados ámbitos de gestión institucional, sino que implican la necesaria participación de las instancias de decisión para enfocar su naturaleza, actores, consecuencias y legitimidad en segmentos puntuales que demandan algún tipo de intervención gubernamental. Por ello la administración pública del tiempo actual, debe entenderse a la luz de los cambios políticos y sociales que son el motor de las sociedades que tienden a ser más abiertas, competitivas y liberales para que sea factible el desenvolvimiento de los espacios individuales y colectivos. El nexo entre sociedad moderna y administración pública es ahora más intenso e implica que los medios que se utilizan para institucionalizar las demandas en competencia, tienen que ser más versátiles en términos de eficacia y oportunidad. El paradigma de los formatos únicos para dar atención a los problemas, está quedando atrás para dar paso a la especificidad de los problemas públicos. La capacidad de respuesta de la administración pública tiene que acreditarse de manera continua, dado que las demandas que se convierten en problemas, no tienen punto de reposo; la dinámica de la vida comunitaria, así como las relaciones de poder que genera, son elementos básicos a considerar en los nuevos enfoques que se adoptan para institucionalizarlos con mejores elementos de respuesta.