Revista IAPEM - Gestión Interinstitucional y Procesos de Cambio - Número 77, Septiembre - Diciembre, 2010

Abstract

El mundo actual se desarrolla en diversos contrastes que indican una nueva fase de problemas y demandas que sacuden la vida de los países con intensidad creciente. Los Estados se desenvuelven en medio de contradicciones entre su oferta de compromisos sociales y la estrategia de política económica que se orienta en lo fundamental a disminuir la distribución de los beneficios. Esta contradicción es fruto del desarrollo de la globalidad, la innovación tecnológica, los cambios en materia laboral y otros medios para llevar a cabo la formación de capital y la distribución de los excedentes. En el plano de las pensiones y las jubilaciones se encuentran los puntos más críticos y preocupantes del replanteamiento de los Estados en relación a los compromisos que tiene en la agenda pública. La idea de que el bienestar lo adopta el Estado por razones de balance y equilibrio sociales, da paso a la correlación de fuerzas que lucha porque no disminuya la intervención del propio Estado en ese punto, al adoptar políticas públicas reguladoras, no tanto de generación de los beneficios compartidos. En la actualidad, el rol del Estado es más restringido en materia de beneficios sociales y con ello se modifican las lealtades que antes se tenía por parte de los grupos que los recibían. La disminución de las ventajas sociales provoca reacciones contra los gobiernos. Prueba de ello son las protestas en el Reino Unido por parte de los sectores estudiantiles para que no se encarezcan los servicios educativos.económicos.Hoy la agenda de los problemas públicos es más nutrida, mientras que los recursos son escasos. Esta situación ineludible obliga a que la tarea de gobernar sea más compleja y exija mayor pericia, a fin de contrarrestar conflictos, riesgos e incertidumbre. Por ello el perfil de los Estados se orienta más por el camino de la regulación, la producción de bienes públicos, el estímulo a las externalidades positivas, las penalidades a las externalidades negativas, la protección del medio ambiente, el cuidado de la salud, el nexo entre educación, mercado, transparencia y la rendición de cuentas. Este arquetipo tiene validez en las condiciones mundiales del presente, aunado a la presión de los mercados en el renglón de las políticas públicas y de los grupos sociales que luchan de manera continua por la reivindicación de los derechos minoritarios -identidad de género para que se reconozcan de manera formal en el orden constitucional y legal.